lunes, 5 de agosto de 2013

Nibelunga por Fernanda Sordo

    Nibelunga fue la ganadora del taller por ser la muñeca mejor trabajada en cuanto a técnica, originalidad y acabados ¡Felicidades Nibelunga!




   En los antiguos tiempos, tal y como lo había predicho Nungumea, diosa de la fertilidad 

azulácea, nace la hermosa Nibelunga. Su madre, cuya historia se teje aparte, salió a recoger 

como todas las mañanas chía para su agua de limón. En esta ocasión notó que la chía tenía 

un color extraño y  sin darle importancia la tomó como siempre. Solamente meses después 

tuvo conciencia de que era la chía encantada de Udo el guerrero ilustre y que en su vientre 

germinaba ahora tan hermosa criatura a la que nombró Nibelunga.

Canto primero

   ¡Oh! Nibelunga de rizados cabellos, oh! Hermosa Nibelunga, ser maravilloso y pleno. Tú

que como hermosas hojas de oro llevas tu cabello sobre la frente, ¿Es el color de tu piel un

remanso para los pescadores?

   En este primer canto las alabanzas a Nibelunga son vastas, desde que nace es ella de una 

belleza inimaginable, de un color como el cielo.

Canto segundo

   Nibelunga de ojos tan grandes como el universo, no, no, no dejes de vernos, no, no, no, 

llénanos de tu luz…

   El segundo canto nos lleva por el camino de los hermosos ojos que lo ven todo. Nibelunga 

alcanza desde siempre a ver todo lo que pasa en todos lados, por eso y como se verá 

más adelante en esta extensa obra literaria, Nibelunga vence al dragón de seis cabezas 

hipnotizándolo con sus caireles.

   El canto segundo nos presenta a una Nibelunga sumamente inteligente, de gran dignidad 

y compostura. De tan hermoso escote en donde se tejen pequeñas cadenas azules que se 

asoman galantes, a través de un salpicado corsé de lunetas marrones.

Canto tercero

   Boca de rojo color, Nibelunga majestuosa ¡Oh!, tan bella esa sutil sonrisa, ¡Oh!...

El canto tercero es extenso ya que nos explica la facilidad de habla de la hermosa Nibelunga y

nos cuenta con detalle las hazañas valerosas como cuando inventa un dialecto cirílico y vence 

al perverso cíclope inmundo que quería desbaratarle sus rizos de una lamida.

   La obra que aquí se resume nos presenta a la hermosa y bella Nibelunga, ejemplo valeroso 

para cualquier mujer, ícono que encierra las más majestuosas bondades que tienen las 

mujeres que dedican su alma a crear y crearse. Esta brillante obra tiene todos los cantos 

necesarios para bordar la vida de fantasía, llenarla de alegría, risas, amor y presente.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario