Estuve organizándolo todo, porque a veces hago esas cosas, dejo que el mundo se caiga porque disfruto el reacomodo, me mueve, me nutre y me obliga conocer el camino de regreso del caos.
Al hacerlo me tope con esta serie de fotos de proceso de lo que estuve haciendo hace cuatro meses, cuántas cosas pueden pasar en tan poco tiempo. La mayoría fueron tomadas dentro de un taller que tomé muy fuerte y hasta ahora no sé si me hizo bien o muy mal, pero los apuntes que salieron de esas intensas sesiones ahora me enclarecen un poco más lo que no quiero, pienso que eso me deja más caminos amables por dónde escoger.
Me encanta la gente y dar clase es algo que complementa mi trabajo de un modo fraternal con el mundo, al terminar lo que nos queda de octubre tal vez dé una pequeña sesión de introducción a la ilustración, algo no tan especializado como lo que doy ahora, pero sí tan especial. Porque vivir de lo que hacen nuestras manos es muy bello. Aquí les dejo el link para ver la serie completa
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